lunes, 22 de octubre de 2012

HISTORIA Y ARTE UNIDAS POR EL CINE.

El puente sobre el río Kwai

(martes, 29 de julio de 2008)
El cine, una vez más, a través de una de esas grandes películas clásicas consagró e hizo conocida por todos la historia del puente sobre el río Kwai. La película de David Lean, que se llevó siete estatuillas de los Oscar está basada en una novela de Pierre Boulle de título homónimo. Pero si la película se basó en una novela, la novela parte de una historia real, ocurrida en Birmania durante la Segunda Guerra Mundial. El puente sobre el río Kwai fue construido realmente por prisioneros aliados, principalmente ingleses, holandeses y australianos. El puente formaba parte de una línea de ferrocarril de más de 400 kilómetros de longitud, que fue construida en menos de año y medio entre 1942 y 1943. Es obvio que la mano de obra “esclava” de los soldados de guerra fue una buena ayuda para conseguir sus construcción en este tiempo, a pesar del terreno.
68.000 prisioneros de guerra ayudaron a 200.000 obreros en el proyecto, y la construcción de toda la vía férrea se llevó la vida de 18.000 de los primeros y 78.000 de los segundos. Impresionantes números. Sólo la construcción del puente costó 200 vidas a los prisioneros de guerra. Y estas 200 muertes perdieron el poco sentido que tenían cuando en 1945 la aviación norteamericana acabó con el puente, que fue reconstruido después de la guerra.
Para rematar esta curiosa visión de la realidad tras la película, diremos que el malvado coronel Saito de la película, existió realmente, pero su carácter era totalmente contrario a lo que muestra la película. Era culto y respetaba a los prisioneros. El coronel británico Nicholson, interpretado por Alec Guinness en la película, está inspirado en un personaje real llamado Philip Tossey. Pero lo que vemos en la película tampoco es fiel a la realidad. Tossey aceptó el encargo y simuló trabajar duro en el puente, pero realmente trató de sabotearlo a través de varios métodos.
Cuando acabó la guerra, Saito fue juzgado por crímenes de guerra, y el coronel Tossey testificó en el juicio y sus opiniones positivas le salvaron de la horca. En agradecimiento, cuando Tossey falleció en la década de los 70, su antiguo captor viajó hasta Inglaterra para darle el último adiós.             Fuente: (curistoria.blogspot.com.ar)

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